Imperio Esmeralda

Después de sortear a aguadores, criados, geishas y un par de rostros conocidos pronto estuvieron frente a la vieja madera del establecimiento de Josuke, donde el ambiente era cálido y animado, casi tan alegre como una mañana de verano.
- Cualquier cosa es mejor que quedarse quieto a contemplar los acontecimientos.- aseguró el bushi, recuperando el tono que empleaba en asuntos mas serios. - Una jarra de sake, Josuke-san.- dijo al diligente anciano, con una breve sonrisa a modo de saludo.
Pues eres perspicaz, y eso está mas allá de las virtudes de cualquier nikutai. Un golpe de suerte y serás gunso.

Normalmente el viejo servía el sake con buen pulso, pero esta vez Kahei insistió en colmar él mismo las tazas de ambos.
- No lo creo.- dijo utilizando su sonrisa de canalla taimado. Pero sí que tengo un discípulo aventajado.- comentó recordando el interés que Jotaro había demostrado por alguna niña de la que ahora no recordaba demasiado. Aquellos juegos eran tan divertidos como peligrosos en una corte y casi se había olvidado del asunto, con tanta caza y tanta historia. Le preguntaría a Jotaro aquella misma tarde.
- Pues si tu esposa es exigente, a un gunso le será mas fácil tenerla contenta.
El escorpión sonrió mordiendo la taza, tal vez pensando en algún otro sentido sobre aquella misma frase.

El escorpión soltó una carcajada con el comentario del fénix.
- Por las puertas del Jigoku, Kira... una mujer así es una maldición.- comentó casi atragantándose con el sake. - No, yo diría que le has cogido demasiado cariño a tu rango de nikutai...- bromeó con una mirada entre divertida y maliciosa.

-Es cómodo, es cómodo. Pero creo que me he hecho más a mi soltería como para soportar una mirada acusadora y tener una discusión por volver de madrugada a casa tras una noche de sake y Fortunas y Vientos.

Brindo por eso.-exclamó con ojos brillantes. Estaba totalmente de acuerdo con Kira una vez mas.
Entonces observó durante un instante el sake y apuró su taza de un trago, justo antes de jugar su ultima baza.
- Pues celebro que estés contento con tu rango de nikutai; estaba a punto de proponerte algo que podría cambiar eso... pero te entiendo. El barro de la trinchera, la rutina diaria con todos esos novatos que ni siquiera saben por donde se coge un yari, organizar las guardias de tu propio grupo de hohei...- ironizó, pero siempre con la sutileza suficiente para que alguien realmente de acuerdo con todo ello no viese el cebo.

-Soy todo oídos - afirmó Kira con un tono conspiratorio...

OUT: privado