Los kami de Tierra se arremolinan en las manos de Saya, con la forma de una formidable porra, y avanzáis sobre los bandidos, que cuando ven cómo están las cosas, y que en vez de unos oponentes menores y sorprendidos, sois dos samurai y alerta, sólo aciertan a salir a defenderse. Kuroda consigue herir a uno de ellos.

Tras pronunciar las palabras legendarias escritas en su pergamino y clamar a los kami de la Tierra para que compusieran su arma, Saya lanzó su ataque intentando esquivar al Dragón, pero los ronin se pertrecharon y esperaban su ofensiva. Su tetsubo cortó el aire frente a ellos, mientras vio cómo el samurai tenía más puntería.

Sin perder pie, siguió avanzando para atacar al ronin que parecía plantarle cara.

El ataque de Kuroda abrió un segundo tajo en el torso de su oponente, dejándole tremendamente herido pero aún en pie, mientras que el tetsubo de Saya se incrustaba en la caja torácica de su adversario, matándolo en el acto y desplazándolo varios metros hacia atrás. El ronin herido falló su ataque sobre el Mirumoto, pero el otro atacó al Dragón, que esquivó milagrosamente.

El ataque de Kuroda fue provindecial, abriendo un pequeño pero doloroso corte que impidió el ronin hiriera a Saya, que atacó con furia homicida y golpeó el estómago del bandido, que hizo un desagradable sonido mientras de su boca salió una flema de sangre. El último de los asaltantes dejó caer su arma al suelo.

Una vez mas Saya con aquel temible tetsubo habia robado la vida de uno de los ronin, finalmente ante aquel despliegue de habilidad de ambos samurai el ultimo ronin parecio rendirse.

Aun con la katana y wazikashi listos se ubico de un lado del ronin mientras que Saya quedaba del otro para impedir su escape, aunque las heridas que tenia el hombre hacian dificil la tarea de un posible escape.

El Dragón trato de observar las cajas para tomar alguna pista de que tenian dentro o de que era el cargamento.

Estaban en medio de una carretera con solo una posada en el camino, un robo ahi podria significar que algo importante iba ahi, tambien podia significar nada.

"Para quien trabajan ronin? Que buscabas en ese carro sabiendo que lo que llevaba no era tuyo para tomar?"

-¿Trabajar? No trabajo sino para mí mismo. Este año ha sido muy duro, no ha habido casi empleo para nosotros. No sé qué hay en el carro, pero sea lo que sea nos ha costado la vida - el ronin, herido y agotado, apoya la espalda contra el vehículo - no me quejo, he llevado una vida plena, y alguna vez se tenía que acabar.

El suelo estaba cubierto de sangre alrededor de los cuerpos que Saya había ajusticiado con pulso firme. El Dragón había sido salido indemne del enfrentamiento al igual que ella, así que podría decirse que habían salido airosos de la situación.

Con un gesto torcido y el tetsubo todavía entre sus manos, se aproximó al carro y lo descubrió para ver qué hay dentro.

El Dragon miro al Ronin mientras este buscaba apoyo, sus heridas eran grandes y no sabia si podria sobrevivir. Mientras tanto Saya investigaba el carro con el impresionante tetsubo aun en su poder.

"No es tiempo aun de que mueras ronin, pero el momento se acerca rapidamente, aprovecha tus ultimos alientos, un magistrado decidira tu suerte."

Kuroda enfundo su wazikashi, siempre atento del ronin y tomo su arma para evitar que la volviera a tomar.

"Hay algo de importancia Hiruma-sama?"