Bayushi Keru y Shosuro Orihime.

La joven permanecía con gesto impasible. Esperaba la visita de su compañero de clan, Bayushi Keru, en quien había delegado sus funciones durante la semana que había permanecido fuera del Kyuden. Quedaba todo tan lejos, aunque una parte de aquello permanecería para siempre en su corazón, en su alma.

-No. Debes mover la mano de arriba a abajo. Sentir el fluir del trazo. Así. En un solo movimiento.

En la intimidad de una corta espera, Shosuro Orihime enseñaba a su doncella los secretos de una técnica antigua. Un tipo de arte que evocaba el verdadero significado de las palabras. Porque cada palabra tenía su propio secreto, y sólo dominando su escritura podría descubrise cual.

-Perfecto, Michiru. Ésa es la perfecta foma de la palabra sombra.

En la intimidad de una corta espera, la menuda samurai-ko y su silenciosa doncella, sonrieron.

Había estado recopilando informes con bastante precisión, y acumulándolos al tiempo que los mantenía al día. Era una manía que había cogido durante mi estancia en la academia, donde no existían evaluaciones periódicas, sino que se hacían de manera que estuviésemos espabilados y con iniciativa: era un riesgo pero por otro lado, la única manera de avanzar. Llevar el papeleo de Taberu podía ser la forma de dar unas brazadas y sin embargo no nadar completamente. Hablar con Yuki se volvía cada vez más y más refrescante, quitándome de encima las preocupaciones. Otros hombres necesitaban una geisha y yo en cambio tenía suerte.

Di unos suaves toque en la puerta, mientras me colocaba el obi como mi madre me había enseñado.

-Michiru, recoge esto y sirve a Bayushi Keru-san lo que desee. - ordenó. -Podéis entrar.

-Ohayô gozaimasu, Orihime-sama - y viendo la expresión de su doncella, la dije - kore ni shimasu - haciendo referencia al té.

-¿Qué tal resultó vuestro viaje, Orihime-sama? Me han llegado rumores, pero ya se sabe...

-Ha ido según lo esperado. - contestó de forma críptica -¿Rumores? ¿Qué clase de rumores?

-Los rumores que inevitablemente aparecen cuando una dama cuya alcurnia sólo es igualada por su belleza deja el kyuden en pleno invierno. Que había sido una escapada para celebrar con algún shugenja errante una boda, y que estábais casada con vuestro yojimbo en esos momentos. De ser ciertos, eso os convertiría en mi madre política - apunté con agudeza.

-¿Vuestra madre política? Eso convierte a Bayushi Nisawa-san en el padre de vuestra honorable esposa. Una noticia interesante. Orihime procesó la información sin velar su sempiterna sonrisa. -Pero ahora debemos ocuparnos de la órden del día. ¿Ha sucedido algo reseñable en mi ausencia?

La cortesana se tomó unos instantes para hojear los documentos.

-Interesante. musitó. -Antes de partir, Shosuro Taberu-sama me confesó que era su deseo el que representara la postura del Escorpión en relación con el conflicto entre la Grulla y el León. La estrategia ya está en marcha, y puesto que Shosuro Mariko-san está actuando como consejera de los Miya, me gustaría que vos me ayudárais en esa tarea. ¿Os parece adecuado?