Imperio Esmeralda

Sonreí y asentí, hice una suave reverencia, observé a Keiko durante unos momentos.

-"Me alegro que esteis bien. Un tatuaje es mucho más, es una comunión,es una marca, es una señal de identidad. "

Hice un alto, bebí otro sorbo de saké y dejé la taza, aún sin vaciar a un lado. Otro gesto imperceptible o no, pero con significado para mí.

-"Que no os vais a hacer un tatuaje ya me lo habeis dicho antes Kitsuki Keiko-sama, hablaré claro pues veo turbación en vuestros ojos. Como habeis dicho corren inquietantes acontecimientos. Os he aportado una idea, nada más, mirar lo que está a la vista y parece insignificante pero que para otros tiene un valor"

Esperé jugando con el pliege de mi kimono a que Keiko se recuperase y poder continuar.

-"Para enfrentaros, mirar a los ojos, a un peligro, el tigre, teneis que estar calmada, tener y mostrar seguridad, la sonrisa. Eso desconcertará al enemigo"

Volví a esperar para que Keiko pensase y me diese una respuesta a lo dicho.

Keiko no comprendía nada. Odiaba los enigmas, por eso se había hecho investigadora. Reflexionó.

Luego estiró la espalda de manera altiva.

- Al tigre le cazan como él caza a otros. Se trata de ser el cazador no el ca... el ca... caza... -Keiko cerró los ojos y se pasó la mano por la frente.

- ... el cazador. Se forzó decir entre dientes. Buscó con la otra mano el abanico que estaba en el suelo cerca de ella a tientas.

Mi sonrisa seguía, viendo la respuesta en la actitud y palabras, entonces entrecerré los ojos y mi sonrisa se esfumó al ver lo que le pasaba a Keiko, de un salto me puse a su lado, cogiendo el abanico y poniendoselo en la mano mientras mis ojos expertos y mis manos actuaban evaluando posibles signos de enfermedad o simplemente agotamiento.

Murmuró un agradecimiento mientras empezaba a abanicarse débilmente.

- Sólo es... cansancio... murmuró.

Sonreí un poco, mientras, seguía observandola, detenidamente aunque eso le incomodara algo. Agité la cabeza a los lados despacio con los ojos cerrados.

-"Os pedís demasiado. Quien lucha solo cae solo, y no hay necesidad. Os aconsejo una infusión de melisa con miel y algo de reposo."

Me quedé un momento más, para asegurarme de que se recuperaba y me separé, realicé una reverencia.

-"Lo que me guía se me revela, andaré cerca por si me necesitais. Cuidaros Kitsuki Keiko-sama, vuestra perdida sería muy lamentada, más de lo que creeis. Os dejo descansar si nada más quereis de esta humilde Togashi"

Si caigo sola es mejor que arrastrar a quien amo en mi caida.Pensó.
Le devolvió la reverencia.

- Solicito vuestro perdón por... incomodaros y os agradezco la ayuda. ¿Os quedaréis mientras descanso? Velad mi sueño. Nadie lo hace...- ¿Quién hablaba? Keiko no se reconocía en su propia voz y se horrorizó por poner en evidencia su debilidad- Nadie llorará por mí cuando me halla ido. Se tumbó u cerró los ojos mientras notaba como el mundo le giraba veloz y alocadamente. Sintió náuseas pero fue perdiendo la noción de la realidad hasta sumirse en un pesado e inquieto sueño.

Dagas. Dagas a anochecer.

Negé con la cabeza, haciendola ver que no estaba incómodada, asentí y sonreí, observando cómo se echaba a dormir y mis sentidos, todo mi cuerpo se puso alerta vigilante, que nada perturbara su descanso.

-"Yo lloraría vuestra perdida..., yo velaré vuestro sueño"

Dije cuando había cerrado los ojos. Un agradable calor se instaló en mi interior sabiendo que hacía lo correcto, que estaba donde debía estar.