Me puse el adorno en el pelo, y adopté la posición del loto. Tras eso di dos fuertes palmadas, lancé una mirada al Akodo para confirmar que no nos estaba mirando las piernas y cerré los ojos, adoptando una lenta respiración.

-Acercaos, Akodo Iwame-san. Colocadme una mano sobre el pecho e intentad sintonizar vuestra respiración con la mía. A continuación, rememorad momentos de la niñez, el paso a la madurez, puntuales pero precisos. El camino que nos permitirá ver vuestro futuro.

Asentí, me acerqué y extendí mi brazo, dada su longitud, sin esfuerzo para colocar mi mano en su pecho. Cerré los ojos, relajandome, acompasando mi respiración a la de Hiyori. A mi mente fueron llegando recuerdos.

Me recordé de niña, corriendo y subiendo al árbol, a mi hermana tirandome la piedra y yo cayendo. Luego recordé como corría sin ropa y me tiraba al lago, a solas, disfrutando y riendo. Recordé preguntando, curiosa, atenta, las lecciones de mi sensei,como la admiraba. Recordé mi gempukku, lo feliz y nerviosa que estaba. Me recordé arengando a los campesinos, inspirandoles, recordé a mi madre, severa, firme. Recordé mi marcha, llena de promesas.

-¡Luces de los cielos, que nos habéis visto en el pasado! - y doy una palmada.

-¡Luces de los cielos, que nos vigiláis en el presente! - segunda palmada.

-¡Luces de los cielos, reveladnos el futuro! - tercera palmada, y me dejé caer en el trance.

Llegado el momento, salí del trance. Mi respiración estaba agitada, pero había podido ver los lazos del futuro de la Akodo.

Finalmente se produjo, ella salió del trance y la observé mientras me narraba todo lo visto. Como intuía eran retazos vagos, pero para mí estaban muy claros, interconectados en parte y distanciados por ser diferentes, me ayudaría a meditar, necesita meditar. Sonreí y realicé una reverencia.

-"Os lo agradezco Shiba Hiyori-san, esto me ayuda, mucho. Si puedo hacer algo por vos, decidmelo"

-Me alegra el haberos sido de ayuda, Akodo Iwame-sama.

Recogí las piernas y maniobré para sentarme adecuadamente sobre el cojín. Luego extendí mi ropa como los pétalos de una flor.

-Simplemente deseo que optéis por la mejor de todas esas opciones que se abren ante vos. Y si la felicidad la obtenéis durante esta Corte de Invierno, será para mí algo que me alegrará doblemente - esperé a que mi amiga hiciera lo propio antes de avisar a Eizo de que podía girarse.

Sonreí y recogí mis ropas como Hiyori, hice una ligera reverencia.

-"Si así lo consigo será en parte gracias a vos, y por tanto así os lo agradezco y os lo haré saber en caso de que ocurra."

Miré a Eizo, sonreí y me levanté para dejarle sitio, para mirar esas estrellas, caminar un poco, despacio, suavemente, para no molestar.

-Cuatro caminos, cuatro destinos, una elección,un resultado- pensé demientras, mi mirada perdida en mis pensamientos, con mi corazón latiendo despacio, ligeramente encogido ante lo que se me mostraba.

Estaba viendo al cielo y de pronto senti alguien que pasaba cerca de mi, voltee y observe a Iwame que sonreia, su fortuna debio ser algo bueno.

Regrese hacia donde se encontraba Hiyori y me quede expectante.

-Podria leer mi fortuna Shiba Hiyori-sama?

-Me gustaría poder hacerlo del mismo modo que con Akodo Iwame-sama, pero eso requeriría de un cierto contacto físico entre ambos, y eso... estoy comprometida, y mi futuro esposo está cerca de llegar a la Corte. Eso sería... inapropiado entre ambos - busqué apoyo en la mirada de Iwame.

Me volví para mirar a ambos, asentí, con un gesto de apoyo y cierto mensaje implícito para Eizo, de que hiciese caso, era un terreno peligroso.

-"¿Qué alternativas dais Shiba Hiyori-san? Akodo Eizo-san no tendrá inconvenientes ¿verdad?"