Akodo Iwame y Bayushi Shun

Había madrugado una barbaridad, aunque de todos modos la noche anterior me había acostado antes de lo habitual, justo para estar en forma para aquel momento. Hasta había elegido una hora temprana con ese fin, para que nada nos distrajera en el dojo. Aún recordaba la facilidad de las victorias de Iwame en la prueba de combate sin armas, y desde luego me había impresionado. Casi era quien más me había impresionado en la Corte.

Nada más llegar al dojo encendí uno de los braseros, para caldear el helador lugar. Luego comencé una tanda de estiramientos para calentar los músculos. Quería que fuese un entrenamiento memorable. Aun así no podía dejar de pensar en ella.

Había llegado el día, era la hora, me había despertado con tiempo. Me había bañado y vestido con mi kimono cómodo. Despacio, sin prisas y con tiempo, me fui dirigiendo hacía el dôjo. De camino, pensaba con quién me iba a encontrar, un escorpión, con quien ya había hablado antes. Sonreí para mis adentros, recordando esos momentos, quería que le enseñase el movimiento. No tenía inconvenientes, era un uso que hacía de mi cuerpo en tales ocasiones.

Llegé al dôjo, hacía frío, ví luz en el interior. Seguramente Shun ya había llegado, entré tras dejar mis sandalias fuera. Tal y como era de esperar, allí estaba. Sonreí y alcé suavemente la voz para hacerme oir.

-"Ohaio Bayushi Shun-san, veo que habeis cuidado de los detalles, me alegro. Espero que esteis bien"

Sonreí, acababamos de comenzar, me terminé de acercar y le ayudé en sus estiramientos.

-"Sigo con mis deberes, los llevo allá adonde voy Bayushi Shun-san. Siempre se aprende algo, siempre se puede hacer algo para tu Clan o para uno mismo. No os preocupeis, se medir mi fuerza, y sé que no tengo que deciros nada al respecto por vuestra parte"

Sonreí, de nuevo alusiones, comentarios, a los que no me paré en exceso a prestar atención, era el comienzo, como había dicho, un calentamiento.

-"No tiene gran secreto ese movimiento, algo de astucia, y de eso teneis de sobra"

Al oir su comentario, dejando claro intenciones, parecía que quisiese andar por terreno seguro. Y hacía bien conmigo, me hizo sonreir felinamente y mirarle con un brillo en los ojos de agrado.

-"Busco aprender de los mejores, sean quienes sean Bayushi Shun-san. Es de necios negar las virtudes de tu enemigo, más de necios es no querer aprender de ellas. Con todo, siempre hay limites de lo aceptable. Os mostrais sabio, respeto eso ¿Estais listo?"

Comprobé que fuera así y comenzaría a calentar y estirar, notandome en apariencia algo ausente, que era así, solía aislarme en esos momentos para relajar y centrar mi mente, pero estaba atenta a mi acompañante. Sólo que pudiera reaccionar algo lentamente en ese caso. Había aprendido, al menos en apariencia, de anteriores encuentros conmigo. Eso hacía un ambiente más agradable.

Todo lo listo que puedo estar ante vos, Iwame-sama respondí. Como ya nos habíamos encontrado un par de veces, prescindí del apellido.

Un paso más, el apellido desapareció, consideré el asunto y lo ví adecuado. Asentí tras terminar de estirar, me incorporé y me puse en posición.

-"Bien, Shun-san, comencemos, la tecnica la refuerzo yo al usar mi cuerpo y fuerza, pero con una buena agilidad se sorprende igual o más al adversario"

Comencé a mover las manos, el cuerpo, agarrando con suavidad a Shun, mostrandole el proceso, para quedar firme en la posición, entonces bajar la cadera hasta debajo de la suya, mover brazos y piernas y quedarme ahí para que entendiese.

-"Así lo hago yo, luego hago palanca y usando la postura, fuerza e inercia y peso del contrario hago el resto."

Hice un principio del movimiento, para que viese, pero sin terminar de ejecutar. Me separé y esperé, por si tenía alguna duda o quería reproducir el momento de nuevo, tanto lento como en acción.

Shun atendió a todas mis explicaciones, luego me hizo una pregunta, asentí de acuerdo. Pero a continuación sonreí.

-"Hai!, es cierto, pero el peso interviene y hay que tenerlos en cuenta, por eso se gira la cadera, para romper el centro de gravedad y controlar la caida. Eso hice en ambas ocasiones, me gustan los movimientos limpios, no bruscos. Además no estaba en una batalla, no tenía ni quería lastimaros sin razón"

Esperé un poco, para añadir algo más, sin que quedaran dudas para no ofender ya que podrían malinterpretarse mis palabras.

-"Al igual que vos no pretendíais lastimarme a mí"

Sonreí, para darle mayor énfasis a mis palabras y a reforzar un ambiente tranquilo y distendido.