Imperio Esmeralda

- Ahora que mentais al huevo y la gallina... - bromeó el bardo.
- Ahí no os lo puedo negar. Así es que quien sabe ver la belleza de las cosas más humildes y mostrarla sin pudor a ojos de todos, tiene una percepción fuera de lo común. Ahora, esta labor es tan complicada que son pocos los que lo logran.

Asintí conforme, estaba claro que el escorpión se había ganado su liderato.
- Igual que la guerra es un paso más alla del combate. No todos los pasos llevan a buenas fronteras, de algunas de ellas hace falta mantener el pie levantado, y observar con cuidado, antes de terminar de pisar. - era curioso ver que el ikoma usaba ese tipo de frases sin parecer para nada estar intentando decir nada velado.

El tiempo pasaba y la cena discurría de la forma esperada. Miya Nobutoku conversaba amablemente con Ikoma Keshi y Bayushi Shun, recordando algunas anécdotas de su educación en tierras León. La princesa, por su parte, parecía concentrar su interés en una animada conversación con los anfitriones Fénix, quienes se mostraban encantados ante la súbita idea de Hijikohime de descansar unos días en Kyuden Ippôyakku después de su próxima boda.

Miya Shizuka, a un extremo, observaba la escena con cierta satisfacción. El Imperio se veía correctamente representado, con imporantes miembros de todas las casas y todo parecía fluir con naturalidad.

-Kakita Saori-san, Bayushi Kaoru-san; ¿habéis visitado Otosan Uchi con anterioridad?

-Nunca había salido de tierras Grulla hasta esta corte, Miya Shizuka-sama. - contestó cordialmente.

Cuando contestó Saori, pensé que la mayoría de todos nosotros éramos jóvenes como para haber viajado mucho. Yo en la capital había estado... por un día, lo justo para hacer noche de camino a la Corte de Invierno.

Kaoru, educadamente, negó haber visitado la capital. Con todo y con ello, la habían contado tantas maravillas sobre el lugar que tenía pensado acudir a ella para visitarla en cuanto le fuera posible.

-Comprendo... A veces olvido la juventud de la que gozan algunos de los más prometedores asistentes a esta corte. - dijo con cierto tono de desenfado, como si ella no fuera también poco más que una adolescente -Imagino, no obstante, que os placería ser destinadas al más honorable emplazamiento que pueda existir para poder desarrollar allí vuestras virtudes. - pregunto, otra vez, a ambas.

-Hai, Miya Shizuka-sama. Tanto en lo personal como en lo que refiere a mi Clan, sería un honor mayúsculo. - dijo con una gran reverencia, casi tocando el suelo con la cabeza.