Vestida con las mejores galas de las que disponía, la duelista entró por la gran puerta de la salga que Miya Shizuka había ordenado habilitar para la nueva recepción que había dispuesto en honor de Otomo Hijikohime.

Si bien ya había asistido a la anterior velada, Saori era ahora, junto a Bayushi Kaoru, la protagonista involuntaria del evento.

-¿Estáis nervioso? - bromeó con su acompañante.

Del todo respondí menos mal que antes de ir a Kyuden Kakita busqué aprender todo lo que pudiera sobre etiqueta y corte, así que no destacaré demasiado. Hoy se os honra a vos sonreí.

Seguí con la mirada al matrimonio Escorpión guiado por Shizuka mientras pensaba que en la próxima prueba de la lanza debería ver a los contendientes que competían por ella. Como público, obviamente. A fin de cuentas al clan vencedor se le iba a donar una parte del Don de los Miya, y en cierta medida mi deber consistía en presenciar alguna de las pruebas. Sí, la semana siguiente. Llegó la segunda invitada de la noche. Primero mayoría Grulla y hoy Escorpión.

-Irasshai, Kakita Saori-san. Es un honor volveros a ver. Bayushi-sama, konban wa. Soy Miya Nobutoku, yôjimbô de Miya Shizuka-sama.

-Un honor encontrarnos de nuevo, Miya Nobutoku-sama. - le saludó con una gran reverencia, dejando que Shun retomara la conversación.

Buenas noches, Miya Nobutoku-sama. Soy Bayushi Shun ¿y ahora qué puedo decir? del clan Escorpión. Hajimemashite completé el saludo con una reverencia.

-Es un honor haber entrenado con vos, Kakita Saori-san. Dôzo yoroshiku, Bayushi Shun-san. Parece que tenéis algo en común - dije aludiendo a las ambas Hojas Kakita que pendían de sus respectivos obi.

-Sin duda el honor fue todo mío. - se inclinó antes de responder el comentario sobre sus hojas. -Hai. Eso parece. - la Kakita sonrió ligeramente, con la mente puesta en el shock que causaría el que su acompañante fuera un Escorpión al que la mitad de su clan destestaba. Pero a ella le parecía sorprendentemente honorable y, por encima de todo, un buen compañero de armas.

Sí, a veces el kharma nos persigue y nos acaba dando alcance. Aunque estemos en un extremo del Imperio es capaz de hacernos viajar hasta el opuesto.

Como me dio alcance a mí. Pues no fue insistente su agente ni nada.

-Es cierto: yo mismo me he dado cuenta de que el destino es una poderosa fuerza, una que no hay que menospreciar. Hay cosas que van a suceder, e intentar impedirlas suele acabar en catástrofe. O en acelerarlas. Aunque hay otras fuerzas poderosas que nos pueden llevar de un lado al otro del Imperio Esmeralda... el amor - y sonreí con picardía a los dos.

Fortunas..

Intenté mantenerme imperturbable, cosa complicada después de la miradita de Miya Nobutoku.

¿Os habéis dado cuenta por experiencia propia, Miya Nobutoku-sama? Al tirón del destino me refiero. ¿O a alguien cercano a vos?