Imperio Esmeralda

Hize una reverencia al escuchar la presentacion de la nueva Fenix, habia algo mal en esa presentacion, algo automatico y sin vida, pero no consideraba mi lugar cuestionar sus palabras.

-Es un placer conocerla y por lo que veo sus nuevas responsabilidades no han oxidado su destreza en kenjutsu. Si no le parece mal a su compañero, ni a usted Shiba Inoe-sama me gustaria intentar mi suerte, yo tambien he venido a entrenar.

Tome un boken mientras esperaba respuesta.

Como cada mañana, Saori entró en el dôjo. Al observar la gran cantidad de bushi que ya habitaban la amplia estancia no pudo reprimir una rápida ojeada. Ella no estaba. Lo prefería, encontrarse con Bayushi Kaoru antes de la cena imperial a la que las habían invitado no era algo que su agrado.

-Ohayô gozaimasu, minna-sama. - saludó al resto con una cortés reverencia. Sólo reconocía al joven León con el que había entrenado hacía un par de jornadas, a los otros dos samurai no les conocía, aunque su aspecto le resultaba un tanto familiar.

- Sois muy amable Akodo Eizo-san. Llevaba un tiempo sin poder empuñar mis armas y temía haber perdido destreza pero afortunadamente todavía sigo en forma.

Y contestando a la propuesta del joven León - Será un placer cruzar mi bokken con el vuestro - Le digo con tono amable y me vuelvo a colocar en posición, en el centro de la sala.

Pero antes de poder comenzar una nueva samurai apareció en el dojo. Me pareció reconocer a la grulla Kakita Saori, aunque no estaba del todo segura. Con un movimiento de cabeza muy delicado la saludo y me sitúo en posición para enfrentarme a Akodo Eizo.

Note que alguien se acercaba e hize un gesto de saludo sin perder de vista a Inoe.

Tome un respiro y asumi mi posicion.

El Hiruma respondió con una carcajada antes de responder a la inclinación con otra.-Otra vez será, Shiba Inoe-sama.

Entonces apareció el León, a quien cedió su lugar el Cangrejo antes de ir a sentarse cómodamente en un lateral a mirar. No llegó a hacerlo, pues una Grulla apareció también y saludó.-Buenos días, Kakita-san.


Hiruma Haohmaru

La duelista contestó con un leve gesto al bushi.

-Que así sean, Hiruma-san. - dijo con una reverencia formal.

Comenzó el combate directo, sin pausa. Inoe golpeó una y dos veces a Eizo, que la respondió de igual manera. Sin embargo en el último momento fue la esposa del heredero quien impactó por tercera vez.

Me coloco en posición de saludo y hago una reverencia a Akodo Eizo.

- Bueno combate, muy similar al que tuve hace unos minutos con Hiruma Haohmaru-san - Alzo una mano y miro a uno de los sirvientes que se hallaba junto a la puerta y raudo se dirige hacia mí arrodillándose y sin alzar el rostro. Con delicadeza, casi se podría decir que se lo estaba pidiendo le digo:

- Tengo apetito, preparad una mesa con el desayuno... que sea copioso esta mañana -

Acto seguido y mientras el sirviente se levanta y desaparece por una de las puertas me giro hacia el resto de samurais allí presentes.

- Por favor, Hiruma Haohmaru-san, Kakita Saori-san, Akodo Eizo-san, deseariais acompañarme durante el desayuno? -

Despues de terminar el combate respire profundamente forzando mis musculos a relajarse. Acto seguido hize una reverencia a Inoe.

Escuche como pedia desayuno y extiende la invitacion a los presentes asi que deje el boken junto a los demas.

-Sera un placer, cuente conmigo.

El Cangrejo soltó una sonora carcajada al ver el resultado del segundo entrenamiento de Inoe.-Está claro que las sedas no han cambiado las maneras de Doncella de Batalla.

Se palmeó los muslos y se levantó para hacerle una inclinación a la heredera.-No faltaría más.


Hiruma Haohmaru