Imperio Esmeralda

-Ahora no hablaba de vuestro sensei, Koushi-san - concedí - sino de Shiba Toma-san. Creo que ella tal vez con precipitación y no soy yo, desde luego, alguien que pueda decir que habría tomado una decisión mejor. Sólo alguien que ha sufrido esa presión puede comprenderla.

- Os agradezco vuestra comprensión. Dijo sinceramente. En cuanto a Shiba Toma-sama, confío en él y en el puesto que desempeña.

Al fin ambos Fénix llegaron hasta la biblioteca secreta del palacio, donde los guardias se apartaron al reconocerles mientras saludaban. Un escriba que les vio entrar fue corriendo, con mínimo decoro, para avisar de la llegada de Sagoto y Koushi. Al de unos instantes apareció Toma.

-Konnichiwa, Shiba Sagoto-sama. Saludos a vos también, Isawa Koushi-san. Es un honor tenerles de visitantes, a pesar de que no he tenido tiempo de preparar nada. Por otro lado, no creo que se trate de una mera visita de cortesía, ¿verdad?

Koushi miró a Sagoto y dándole esta permiso, habló.

- Konnichiwa, Shiba Toma-sama. Aunque no podremos decir que no disfrutemos de vuestra compañía, en esta ocasión teneis razón ya que no es una visita casual. Nos gustaría tratar cierto tema con vos y que nos asistiéseis en el mismo. El Isawa miró discretamente a su alrededor para cerciorarse de que nadie estaba prestando más atención de la debida y bajó la voz lo suficiente para que fuera difícil oirle con claridad. Nos referimos al asunto de los Sellos de las Murallas y lo acontecido con ellos.

Toma asintió gravemente.

Koushi atendió y volvió a intervenir.

-

Koushi echó una mirada cómplice a Sagoto. Su teoría de alguien no-Manchado que ayudaba a los Brujos y que no era normal era cada vez más factible.

Toma se encogió de hombros.

Koushi asintió.

- Espero poner solución a eso pronto. No había presunción en su voz sino la seguridad de que, al menos, iba a intentarlo. Hasta entonces, debemos seguir investigando con lo que tenemos.

El Isawa calló por si Sagoto quería decir algo.