Imperio Esmeralda

-Otaku Sadako-san. Ése es su nombre. De hecho, debería encontrarse en la ciudad en estos momentos. Nos separamos justo en el camino que se bifurca en dirección al Kyuden e Ippôyakku no Toshi. - explicó mientras acariciaba suavemente la cabeza del equino.

- Otaku Sadako... Otaku Sadako... no la recuerdo, intentaré concertar una entrevista con ella, siempre es agradable ver a otra hermana -

De pronto mi semblante cambió a un aspecto más serio.

- Deberéis disculparme, Miya Shizuka-sama, pero me gustaría ir al grano... aprovechando que estáis aquí.

Os seré sincera, estoy muy preocupada por la relación León-Grulla y cómo el fantasma de la guerra está cada vez más cercano. Como intermediaria en las relaciones que sois me ofrezco a ayudaros en lo que necesitéis

A Shizuka no le sorprendió la franqueza con la que la esposa del heredero se había referido al asunto. De hecho, era un alivio, pues le facilitaba las cosas. Siempre era un placer el contar con la franqueza en el trato con los Unicornio. Pues aunque Fénix, Shiba Inoe nunca dejaría de ser una shiôtome.

-No sólo vos estáis preocupada, Shiba Inoe-san. También lo estoy yo misma, y gente más importante que ambas, como Miya Yoto-dôno u Otomo Hijikohime-sama. Pero la preocupación no nos lleva a nada, sólo el trabajar de forma correcta lo hace. - contestó.

La imperial observó la apreciación con interés.

-¿Opináis que alguno de los dos clanes no desea la paz?

- No, nunca me atrevería a hacer semejante afirmación sin pruebas concluyentes. - Echo un vistazo a ambos lados mientras acaricio el otro lado de la cabeza de Amanecer

- La guerra es horrible, mi señora. Todo lo malo y destructivo que tiene el ser humano sale a relucir en una batalla. La gran mayoría de la gente las repudia pero no hay duda de que ciertas personas disfrutan con ella... y tampoco hay duda de que otras personas se benefician de ella, políticamente, economicamente... en fin, desgraciadamente, como le digo, siempre hay beneficiados.

No quiero ser agorera, ni mucho menos, y seguramente mis palabras sean producto de mi preocupación, pero no hago más que ver demostraciones de ambos bandos de poder, pero ninguno intenta acercarse al otro... no hay voluntad de entendimiento. Al menos desde mi punto de vista, que no es otro que el desconocimiento, por supuesto.

-Ambos clanes son orgullosos, y eso, en definitiva, hace fuerte al Imperio. Mi tarea es la de evitar la guerra, y hacerlo de tal forma que su orgullo no resulte herido. Debemos perseguir que, cuando todo termine, ambos se sientan los ganadores. - explicó -Las posiciones actuales pueden pareceros algo preocupante. No obstante es normal que actúen de esta forma. Ambas facciones desean empezar con el grado máximo de intransigencia para así tener más margen por ceder cuando empiecen las negociaciones. Digamos que si tengo diez sacos de arroz y cedo tres, me quedarán siete, habiendo demostrado una gran determinación. En cambio, si tengo ocho y cedo uno, aunque mis rentas serían las mismas que en el anterior caso, la percepción global sería que mi esfuerzo no ha sido muy grande.