Imperio Esmeralda

-Ehm... no - sentí una gota de sudor frío en mi espalda - me refiero a que no hay ninguna situación, por mala que sea, comparable a estar en la Muralla. Bueno, me puedo imaginar unas cuantas, pero bastante bizarras y truculentas como para turbar nuestro ánimo.

Aoshi se quedó callado, confudo, mirando fíjamente a Keru. Tampoco había entendo demasiado de esta explicación.

...

- Ah...

...

comemos?

Asentí, mientras cogía pequeños trozos de comida con los hashi y daba mordisquitos. Al menos Aoshi no era tan retorcido como muchos otros miembros de la Corte...

Yuki tomó un trozo de pescado, lo depositó encima de su arroz y se llevó la porción de alimento a la boca con gesto pensativo.

Tiene que ser mucho peor cuidar los pavos del Emperador

concluyó poniendo los ojos en blanco. Luego sonrió a Aoshi. Keru había sido algo duro con él, pero creía que a su marido no le caía mal el Kitsune.

Aoshi río por lo bajo la ocurrencia de Yuki y se limitó a comer con mucho menos conversación.

Una vez acabada la comida Aoshi se excusó con asuntos inaplazables...