Imperio Esmeralda

-Sois la segunda persona que me habla de ese ser. Debo suponer, entonces, que el maestro kenku no es un simple rumor. - Saori se apartó un poco y realizó un suave movimiento, parecido a una estocada -Si no os importa mi pregunta... ¿Cómo luchaba? ¿Su técnica es parecida a alguna conocida?

Estiré un poco mis músculos.

Era un estilo muy humano, es decir, que se podía visualizar que un samurai puede aprenderlo sin tener alas. Era rápido, muy rápido y muy certero también. Y mostraba orgullo por su técnica, también como un samurai. Quizá en una vida anterior fue uno.

-Tal vez le visite durante la siguiente semana. - murmuró mientras le lanzaba un boken con cierta camaradería. -¿A un golpe?

Cogí el boken a vuelo.

De acuerdo, a un golpe entonces.

Saori y Shun se conocían. Ambos se quedaron con los ojos convertidos en cristal y la sangre densa como el hielo. Por un fracción de segundo el Escorpión hizo su movimiento, lo que aprovechó la Grulla para realizar su ataque, cosa que consiguió...

La sensación que sentí fue superior a cualquier duelo anterior que hubiese tenido nunca antes, como si fuera de nuevo el primer duelo de entrenamiento que había tenido con Saori. Me llevé la mano al corazón, estupefacto. No había sido algo físico, pero no sabía cómo definirlo. Jadeaba como si hubiese subido al monte de los Togashi y bajado en una hora.

¿Habéis..? titubeé ¿habéis notado.. algo?

-Hai. Un duelo con vos siempre es un cúmulo de nuevas experiencias, Shun-san. - Saori tenía la sensación de que antes de que terminara la corte, la vida de alguno de ambos dependería de la tenacidad del otro.