Imperio Esmeralda

Shiba Inoe y Miya Shizuka.

Llevaba algunas semanas en el kyuden y todavía no había tenido el placer de departir con la reciente esposa del heredero Eisei. Se habían encontrado en algunas ocasiones de carácter oficial, claro, pero nunca habían podido departir, y eso era algo que la imperial, como hatamoto de la princesa, pensaba remediar.

Había escogida esa precisa tarde, precisamente después de una mañana en la que se había dedicado, entre otras tareas, a evaluar las capacidades de su antigua compañera de clan, Iuchi Sukune. Estaba resultando, pues, un día enteramente dedicado al antiguo Clan del Ki-Rin, el Unicornio.

Tras firmar un último documento en el que daba validez a los últimos procedimientos acordados con Doji Iwakura, Shizuka se retiro a sus aposentos donde se preparó con las ropas adecuadas para salir a montar. Prácticamente no había tenido tiempo de ello desde su llegada y lo echaba en falta.

A la hora acordada, en las caballerizas, Miya Shizuka llegaba imponentemente ataviada.

La verdad es que llevaba tiempo queriendo conocer un poco mejor a Miya Shizuka. Pero el tiempo del que disponía ultimamente era bastante escaso, así que cuando recibió la misiva de Shizuka sonrió y aceptó de buen grado... era el momento y jamás se me ocurriría rechazar semejante oferta.

Nos habíamos citado en las caballerizas, un detalle que no se me había pasado por alto y que debía agradecer sin duda. Iba ataviada con un ligero kimono de con el color anaranjado de su nuevo clan aunque llevaba ciertas florituras en las mangas de color morado que subían un poco por el antebrazo.

Al llegar a las caballerizas observó como la imponente Shizuka ya había llegado y no pude evitar pensar que, si montábamos a caballo, ese precioso vestido se iba a echar a perder...

Al llegar ante ella hago una profunda reverencia.

- Mis más profundos y sinceros saludos Miya Shizuka-sama, es un auténtico honor poder conoceros en persona.

-Por supuesto, el honor es todo mío. - contestó con su habitual dignidad, la imperial. -Vuestra montura... Shizuka rememoraba con agrado la sensación que le habían causado esas magníficas monturas Otaku en el pasado. -¿Se encuentra en estos establos?

Shizuka asintió satisfecha.

-Lo estoy deseando, Shiba Inoe-san.

- Acompañadme, si sois tan amable - Y me encamino hacia el interior del establo caminando con un paso lento, tranquilo.

- Me gustaría disculparme antes de nada. No es de recibo haber tardado tanto en presentarme ante vos.. espero aceptéis mis disculpas. No hay excusa posible, debí haberme preocupado un poco más de mis maneras... Un cierto color de enrojecimiento subió a mis mejillas.

La sensación era extraña, no acostumbraba a pedir disculpas y, aunque me salía del corazón, el sentimiento no me resultó agradable...

Shizuka negó adecuadamente.

-Iee... Yo soy la invitada y vos la anfitriona. Era mío el deber de presentarme ante vos. - contestó -Pero, decidme, ¿cuál es el nombre de vuestra montura? - dijo retomando el tema original.

Me acerco al enorme corcel que resopla complacido al verme. Le sonrío y le acaricio lentamente, cerca del cuello, el pelo negro, brillante. Mueve la cabeza agradecido y no puedo evitar fijarme en esa mancha blanca en la testud, me encanta esa marca.

- Se llama Amanecer. Es uno de los mejores ejemplares que se han criado en mi tierra - Mis ojos azules reflejaban orgullo al hablar de la montura - Y como os decía más de una vez me ha salvado de un accidente -

La shugenja miró a Inoe.

-Os comprendo... - concedió -Durante mi viaje hasta estas tierras tuve la oportunidad de conocer a una de vuestras hermanas. Compartí varios días de viaje con ella. Recuerdo con agrado la relación de auténtico respeto en pos a su montura con la que me sorprendía día a día. Se acercó un poco más a Amanecer. -¿Podría...? - preguntó, dando a entender que quería acariciar su cabeza.

Miro de soslayo a "Amanecer" que agita la cabeza mientras resopla. Le poso la mano en el cuello y digo con tranquilidad a la imperial

- Por supuesto, faltaría más. Hoy está muy tranquila y relajada... es una buena señal, le caeis bien - Digo con cierto tono de humor.

- ¿Con quién compartisteis viaje?, si no es demasiada indiscreción preguntar... -