Capte la mirada de Iwame y asenti, aunque no era algo que tuviera que decirme desde un inicio habia pensado que lo haria de otra forma conmigo.

-Lo entiendo perfectamente, si no hay otra manera tal vez podria acompañarnos. Su prometido llega esta noche?

Trate de hacer conversacion para evitar problemas

-Existe otro modo, pero no tiene nada que ver con mi don. Miraría con la fecha y lugar de nacimiento la posición de las estrellas, aunque no se adquiere una visión y una comprensión tan claras. Es normal, porque en ese caso dos niños naciendo a la vez en la misma ciudad tendrían el mismo destino, y eso no es así. También influye la familia, los ancestros famosos, todos esos detalles, mas eso no es problema. Siendo del clan León tendrá un amplio conocimiento de su árbol familiar, así que será sencillo. Que él llegue esta noche no depende de mí, pero no creo que tarde - comenté en un susurro.

Me tome un segundo recordando las lecciones impartidas en casa y el recelo de aquel anciano Ikoma en las bibliotecas León, di un profundo suspiro entrecerrando los ojos mientras evocaba una epoca distinta.

-Soy hijo de Akodo Kira, estratega del Clan León, nacido en el mes de Amateratsu al inicio de la hora de Hida. Mi familia cuenta con ancestros tales como Akodo Ishida bushi que lucho en la Batalla de los Pinos Blancos, Akodo Ishido estratega para el daimyo Akodo Tokoyama, Akodo Miura quien participo en la Batalla del Daisho Roto, Akodo Soma que incursiono junto a los Cangrejo mas alla de sus murallas, Akodo Yagyu hatamoto del Campeon del León Akodo Meikuko, entre otros grandes samurai.

Hacia tiempo que no recitaba aquel monologo, pero siempre lo llevaba dentro de si, era parte de si y algun dia el formaria parte de aquel grupo de valientes samurai.

-Todo eso me será de gran utilidad, Akodo Eizo-san. Me pondré mañana con las primeras horas de luz, para saber lo que os deparan las estrellas. Ahora es tarde, y hasta las flores más hermosas han de saber plegarse para lucir bellas el día de mañana. Oyasumi, Akodo Eizo-san, Akodo Iwame-sama -dije antes de hacer una cortés reverencia y alejarme con pequeños pasos hacia mi habitación.

Los tres samurai, tras un día largo, volvieron a sus respectivas habitaciones...