Sonreí y extendí mi mano con un único dedo levantado hacía arriba y el resto recogido sobre la palma de mi mano.

-"Un punto a vuestro favor Isawa Koushi-sama, somos tan iguales y tan diferentes como una hoja de una hormiga. Así os pido que hableis de lo que sabeis"

Sonreí al sirviente que servía el té, miré el liquido humeante e hice girar la taza despacio para luego tomar un sorbo.

- Sólo he conocido a un Ise Zumi, Togashi Fujimaru. Me pareció alguien que encaja con la idea de monje tatuado que tenía pero que, a su vez, me resultó muy cercano. Siendo sincero, Togashi Reika-sama, vos me resultais más difícil de comprender, la conversación con vos puede ser fluida pero siempre requiere de un instante de meditación ante lo que se ha dicho y lo que se dirá. Esto, por supuesto, no es malo.

La respuesta de Koushi fue extensa, clara y completa. Sonreí haciendo una reverencia leve.

-"A cada momento le corresponde una acción, una actitud. Cada camino es único para cada persona y no sirve a otra distinta. Nunca estamos quietos, como el viento, pero nos adaptamos, unos mejores que otros"

Sonreí, era mi forma de decir que era mi sello, mi indentidad, por supuesto no estaba molesta y le había entendido. También que buscaba la forma más cómoda para lo que intentaba.

-"Cierto, incluso entre los más cercanos cuesta entender, pero es sencillo, quereis entender más de lo que simplemente hay"

- Nunca me he conformado con lo que ven mis ojos u oyen mis oidos. Las apariencias son la primera barrera a sortear cuando se está ante algo nuevo y siempre busco la verdad tras todo. Dijo tranquilamente. Salvando las diferencias, lo mismo me da que sea un estudio arcano que una persona: voy al fondo, a la misma esencia. Sólo así, puedo encontrar los Cinco Anillos.

Extendí mis brazos, abriendolos, mostrandome, sonriendo y pensando a la vez sobre las palabras dichas por Koushi.

-"¿Qué ven, qué buscan?¿Qué verdad creeis hay detrás de mí?"

Bajé los brazos, dejandolo en mi regazo, entrelazadas mis manos y esperando, paciente, mientras, miraba a Koushi casi sin mirar.

- Muy pronto para poder dar una respuesta, Togashi Reika-sama. Apenas si he vislumbrado el Fuego en vos. Si os parece, citémonos a lo largo de la Corte y al final de ella, os diré qué he encontrado y vos me corregiréis. Por supuesto que espero lo mismo de vos, ¿o acaso os contentais con ser mera espectadora?

Sonreí, iluminados mis ojos, contenta por lo que escuchaba.

-"Mi senda es la del aprendizaje, mirando no se recorre ese camino. Me parece un excelente trato."

Me llevé un dedo a los labios, pensativa, luego sonreí algo traviesa.

-"Añadiré algo más, si acertais mucho o por completo, os ganareis un masaje. Si lo hago yo, sorprendenme."

Al decir esto último mi sonrisa se ensanchó aún más, divertida y con cierta ilusión. Me quedé pensativa de nuevo, decidiendo.

-"mmm, no suelo estar quieta, pero me vereis mucho en esta corte unas veces y otra pareceré no estar en ningún lado. El viento siempre sabrá encontrarme, y sólo por informaros, tengo humildes conocimientos de medicina"

El Isawa asintió.

- Gran recompensa la que me espera si me esfuerzo; espero poder corresponderos de igual manera. Dijo cortésmente Koushi con una sonrisa. Los espíritus del viento me traerán nuevas sobre vos y seguro que nos encontraremos casualmente o no. Y, aunque nada sé de mediciana, espero poder aliviar cualquier mal que os atosigue ya que quién sabe si pronto requeriré de los vuestros.

A Reika no se le escapaba que la salud del Fénix no se podía catalogar de exquisita a tener de su físico; aunque su imagen seguía siendo jovial, cierta sombra de ojeras comenzaba a amenzar sus ojos y los labios eran más pálidos de lo normal. El invierno, con lo amado que era por los Fénix, era una mala estación para alguien como él.

Miré a Koushi detenidamente, no había dicho esas palabras por casualidad, ser observadora era una de mis aptitudes necesarias.

-"Mi único mal es la falta de sosiego de mi espíritu, Isawa Koushi-sama. Algo mejor al hallar luces afines con quienes danzar"

Entrecerré los ojos, fruncí el ceño y murmuré palabras sin aparente significado.

-"Para eso me teneis cuando querais, os recomendaría de mientras unas infusiones de tomillo, ginseng y hoja de arandanos"

- Os agradezco la recomendación. Dijo mientras le dedicaba una leve pero educada reverencia. Dicho esto, sólo queda esperar nuestro próximo encuentro.