Asentí mientras veía a Kahei preocupado y alerta. Por mi parte no estaba relajada pero tampoco con los nervios crispados. No conocía del todo a Kajei pero no le juzgaba por ello precisamente.

-"Me parece bien"

Comencé a andar, acompañandole, creía entender que fuera de las murallas había menos oídos indiscretos para una conversación privada.

-"Hai, un buen combate, Hiruma Haohmaru-sama es un excelente luchador y rival, ¿cuál fue vuestra impresión?"

- Que tuvisteis mala suerte en el emparejamiento.- respondió mientras llegaban a la puerta. Conozco bien a ese cangrejo. Una vez aguantó de pie una explosión que casi deja la corte con un escorpión menos...
No sé si me hubiese llegado a subir al tatami en tu lugar.- bromeó enseñando aquella vieja sonrisa maliciosa, mientras acariciaba los dedos de su mano izquierda para engañar al frío.

Pronto estuvieron fuera del Kyuden, donde el aliento del invierno dominaba el paisaje hasta la misma linea del horizonte.

Miré extrañada y sorprendida de la información que me acababa de dar Kahei sobre Haohmaru.

-"Puede ser, pero me gusta el peligro"

Le guiñé un ojo, sonriendo, sabiendo de la broma. Una vez fuera del Kyuden observé atenta tanto a Kahei como el propio paisaje.

-"Aquí estamos..."

¡Crack!

En unos setos cercanos...

Un sonido resonó, inesperado, me puse en guardia, mirando a Kahei alternativamente y al lugar de dónde había surgido el ruido.

-"¿Pero qué..?"

El escorpión escuchó aquél mismo ruido y entornó la mirada bajo la mascara. Su mano izquierda se deslizó despacio hacia el daisho mientras caminaba en un tenso silencio hacia los setos. Tal vez solo era un animal o un espía. O tal vez no.

OUT: Ataco al icono del demonio sonriente

-Ayeeeeeeeeeeee!!!! - un heimin salió de los setos como un cohete, como si le persiguiera un oni o algo peor, a toda velocidad. Tras sus pasos apareció una extraña criatura, de tamaño humanoide salvo por su deformada cabeza, y de una no menos deformada boca salían tres lenguas flamígeras...

Miré a Kahei, este avanzaba, yo me moví a un lado, flanqueando y preparada para atacar. Alerta, mirando de reojo por si había más. No era momento de confiarse.

- Joder...- acertó a decir al ver aquella criatura.
El escorpión lanzó una mirada rapida a la carrera del otro, pero tenía al tipo de la boca demoniaca casi encima, asi que la decisión fué facil.
¡Me quedo con el feo, Iwame!- gritó Kahei mientras empezaba a desenvainar sin apartar la mirada de aquella extraña lengua.

Espero que no le dé por escupirme algo...