Imperio Esmeralda

La preocupación de la Shosuro no parecía querer alejarse de su rostro, aunque pareció relajarse un tanto cuando el Kitsune hizo referencia a sus modales.

-¿Estáis pensando en infiltraros vos también o simplemente en rondar a Torashume como si fuerais su yojimbo?

- Infiltrarme yo también. - Afirmó Aoshi- No tendría ningún sentido cualquier otro plan. Claro que eso lo tendré que consultar con Torashume. Sin duda él es el más adecuado y no querría ser un obstáculo. Quizás se infiltre mejor él a solas que conmigo.

-¿Y cuándo se lo consultaréis? ¿Cuándo sabréis si vos también os infiltraríais o no? -Mariko ahora intentaba calcular el tiempo que tendría entre la decisión que tomaría junto con sus compañeros Escorpión, algo más tarde esa misma mañana, y la puesta en marcha del arriesgado plan del Zorro. No era la magia negra, ni la de los kami, la que le preocupaba en este momento. Miró inconsciente de nuevo al jardín de piedras. No quería ver sombras... ni que nadie se topara con ellas... -No quisiera que corriérais riesgos innecesarios, Kitsune Aoshi-san.

Miró a la Escorpión. Es que estaría preocupada por él?

- Primero he de hablar con Ryosei-dono. Quiero pedirle que cuando todo acabe, acepte a Torashume en nuestro clan. Si accede, tendré una buena oferta que hacerle a Torashume a cambio del inmenso riesgo que correrá. Y es en ese momento en que hablaré con él y le propondré mi idea. Si él considera que es adecuada, iré. Pero mi oferta de unirse al Zorro no estará condicionada por su respuesta. Creo que ya ha sido más que suficientmente leal a nuestra causa y ha demostrado su honor sobradamente... para ser un simple ronin. Ya hablaba Aohsi a Mariko con familiaridad, como si no sintiese diferencia entre sus clanes o clases. Al menos en lo que a este asunto resultaba.

Mariko resguardó sus manos dentro de las mangas de su kimono. Empezaba a tener frío.

-Kitsune Aoshi-san... -empezó -Debo recordaros que, además de los brujos y de la gente de bajo calado que hayan podido reclutar como peones -humanos, después de todo-... están aquéllos cuya naturaleza es la misma que la del que hirió a Bayushi Sahakuma-sama... -su voz seguía siendo lo suficientemente baja como para que nadie, a excepción del Zorro, pudiera entenderla con facilidad. -...y de la que poco conocemos...

No tuvo más remedio que asentir de mala gana a sabiendas de que Mariko tenía razón.

- Y cómo está? Deseo que se ponga bien pronto- La preocupación era sincera, no le deseaba daño alguno al yojimbo de Mariko- Pero he de decir que no me gusta.- Aquello también fue sincero y no lamentó haberlo dicho. En un encuentro a solas con él se había sentido interrogado, presionado e incluso, amenazado.

-Oh, se está recuperando bien, gracias por preguntar. -dijo acompañando sus palabras de una leve inclinación hacia el Zorro. -De hecho, hizo un papel más que digno ante vuestro yojimbo ayer, en la prueba por la lanza de Bishamon. Lástima que no fuera suficiente; Shiba Aketsu-sama es muy fuerte. -Mariko sonrió levemente al Kitsune por primera vez en varios minutos. Sonrisa que desapareció tan rápido como había aparecido.

-¿Habéis tenido algun percance con Bayushi Shakuma-sama? -A Mariko no se le solía presentar la ocasión de ser tan directa. Aoshi se lo permitía...

Sabía que con Mariko podía ser sincero. Sin embargo no dejaba de ser Shakuma el yojimbo de la embajadora.

- Cenamos una noche, en mis aposentos. Vino a verme poco después de conoceros a ambos. - Se llevó los barzos a la nuca y los cruzó allí con gesto de que ya había pasado tantos días que casi no era importante. Y no fue algo muy... cómodo, si me permitís la expresión.

-Bayushi Shakuma-sama es un yojimbo muy competente -dijo, intentando quitarle importancia a ese desafortunado encuentro. -Su celo en su misión fue lo que le llevó a estar herido de gravedad... -Mariko pareció divagar un momento cuando a su mente acudió la marca en el costado de Shakuma -Pero, decidme, ¿os importunó de alguna manera? -preguntó, recuperando su habitual resolución.

Aoshi buscó las palabras. No quería ofender ni a Shakuma ni a Mariko.

- Fue un poco... digamos que fue demasiado celoso al respecto de sus deberes... parecía buscar en mí algún motivo para desconfiar y descubrirme como vuestros enemigo. No es agradable sentirse interrogado por alguien a quien no has hecho nada. Me comprendéis?- Aoshi no quiso seguir extendiéndose.- Por supuesto, eso no significa nada. Le deseo que esté del todo recuperado en lo menos posible y que no le pase nada más.
Aoshi no sentía rencor hacia Shakuma.