Página 2 de 4

NotaPublicado: Mié Abr 30, 2008 12:12 am
por Yogo Ikemi
Ikemi se observó a sí misma justo antes de devolverle la atención al Isawa.

No sé si intentais que parezca la idiota de la reunión, o solo intentais olvidar lo que está sucediendo aquí. Respondió con toda seriedad. Pero eso es igual, Koushi-san. Si la duda no te deja pensar con claridad, esta cita solo es por placer. No tengo noticias de mi clan, y mis pasos aun son libres. Si ahora decidís marcharos no os culparé. No teneis que disculparos. Alegó con fría voz, que acompañaba perfectamente a su fija mirada única.

NotaPublicado: Mié Abr 30, 2008 2:19 pm
por Isawa Koushi
Koushi pareció sorprenderse o se hizo el sorprendido, lo mismo daba.

- Nunca os intentaria dejar como una idiota, Ikemi-san, lo único que conseguiría sería confirma mi propia idiotez. Pero es que no puedo dejar de pensar que sois una Yogo y Escorpión, y yo un Fénix; quizás sea por eso precisamente que no deseo irme sin antes haber agotado hasta el último segundo que tengais pensado dedicarme esta noche.

NotaPublicado: Lun May 05, 2008 1:00 pm
por Yogo Ikemi
Ikemi ladeó su rostro.

Entonces, no me disculparé, tan solo para deciros que disfrutareis de tantos minutos como gustéis, Koushi-san. Respondió.

¿Que tal si comenzamos de nuevo?. Preguntó, justo antes de proferir una pequeña y juguetona risilla. ¿Como va todo en la Corte?. La actitud de la Yogo era risueña y desenfadada. Había algo que se dejaba ver como si todo fuera una escena paródica en una especie de sueño, ilegible del todo. Aquella sensación se repetía, e Ikemi parecía menospreciar hasta la propia seriedad de sus palabras.

NotaPublicado: Lun May 05, 2008 1:41 pm
por Isawa Koushi
Koushi parecía relajado y había cierto aire de autosuficiencia en él, como si no le preocupara mucho lo que pasase a partir de aquel momento al haber vivido lo suficiente.

- Tan bien y tan mal como se puede esperar, Ikemi-san. Dijo respondiendo a la pregunta de la Yogo, quien había pasado a la acción sin miramientos. En aquella ocasión, el Isawa estaba dispuesto a dar más que la ultima vez pero pediría un precio. Los grandes aumentan su grandeza mediante actos que sólo ellos pueden realizar; en cambio, aquellos que no son grandes sino que pretenden serlo, caen o se esconden buscando la caída de sus rivales.

NotaPublicado: Lun May 12, 2008 10:58 pm
por Yogo Ikemi
Me encanta cuando haces eso. Declinó la samurai, imitando la timidez.

Mucho más me encantaría poder desentrañar todos los pensamientos que giran en tu mente, dificil y esquiva. Espero que seas consciente de que eso te hace especialmente interesante. Y mucho más interesante te hace estar sentado en la misma mesa que una Yogo, son pocos los que cuentan con mi favor, Koushi-sama. ¿Has pensado alguna vez que es lo que me acerca a tí? Preguntó, enigmática, la samuraiko.

NotaPublicado: Lun May 12, 2008 11:27 pm
por Isawa Koushi
Koushi sonrió y lo hizo de tal forma que se dejó sus defensas abiertas. Se había sentido muy halagado.

- Vaya, creí que si aceptaba a citarme contigo era precisamente porque no sé nada de ti y me pareces muy interesante. Ahora veo que era al revés. Dijo el Isawa. Su rostro se serenó un poco y la sonrisa fue desapareciendo paulatinamente. No lo sé, Ikemi-sama; me intriga saber qué quieres de mí realmente y cómo consigues hacer que acuda a ti. Normalmente preparo cada uno de mis encuentros y preparo mi mente, sé qué estoy dispuesto a decir y qué no pero contigo todo se convierte en un peligroso juego de improvisación. Todo, porque no sé quién eres y qué quieres.

NotaPublicado: Lun May 12, 2008 11:49 pm
por Yogo Ikemi
Ikemi se acomodó sobre los cojines en que reposaba.

"El conocimiento es el juego preferido de los locos". Tu no necesitas saber, Koushi-san. Ya sabes demasiado. Alegó con voz sostenida en un tono dulce y cómodo.

No deberías disfrazar nuestras citas de preguntas. Si hay algo que te interesa de mi, y si es algo que puedas señalar, no se trata ni de información ni de conocimiento. Presentó. Para eso ya tienes a esa ingente cantidad de candidatos para comidas y sesiones de té. ¿O acaso miento? Como en otras ocasiones, Ikemi hablaba esta vez con suma seguridad, con el pleno convencimiento de no errar su disparo. Prefiero que piensas que miento a que te engañes a ti mismo, Koushi-san.

NotaPublicado: Mar May 13, 2008 12:00 am
por Isawa Koushi
- No te equivoques, Ikemi-san, nunca se sabe suficiente. Para mí el conocimiento es la meta y el camino, nunca habrá un límite. Dijo tranquilamente, como si le doliera que pudieran pensar que no. Pero hay muchas formas de conocer y no todas están en los pergaminos.

Koushi apartó un mechón de cabellos que parecía molestarle en la nuca y miró a Ikemi.

- Lo que me interesa de ti me lo ganaré, Ikemi-san, no lo pediré. Lo tendré cuando llegue el momento incluso si no me lo quieres dar. Creo que no soy el único que arriesga aquí. Y si no llega el momento ... lo seguiré buscando.

NotaPublicado: Mar May 13, 2008 12:41 pm
por Yogo Ikemi
Ikemi observo cada gesto del tensai, cada ligera desviación de su mirada o cambio de tono en su voz, examinándolo. Cuando acabó de explicarse, la Yogo acercó su mano, velada tras las transparencias sedosas de su vestido, hasta rozarla con la de Koushi.

Si el conocimiento es una meta, el mundo de los sentidos es su consecución, Koushi-san. Quizá me equivoque, no sería la primera vez, pero pienso que cuando tus elegantes pasos se dirigen a mi hay algo que prima sobre esa meta. Comenzó, entornando la mirada con precisión. Sé que es dificil distraeros de todo ese listado de preguntas, respuestas y explicaciones, pero seguiré intentándolo. Tu fín es muy diferente al mio, pero ambos tienen similitudes.

Al terminar de hablar, se levantó despacio y se encaminó hacia los estantes justo después de indicar a Koushi que podía continuar hablando. Ella le escuharía.

NotaPublicado: Mar May 13, 2008 1:07 pm
por Isawa Koushi
- Posiblemente sí, Ikemi-sama, sí que hay algo más que conocer sobre ti pero es algo que se escapa de momento a mi comprensión.

Mientras la Yogo se daba la vuelta, Koushi miró su mano allí donde la de ella la había rozado.

- Puedes intentarlo, claro, no esperaría menos, y espero que lo logres ya que tampoco es tan difícil. No ahora. Claro, que con cada palabra tuya, un nuevo interrogante surge en mi mente: ¿cuáles son nuestros fines?