Asentí, sí, sabía a lo que se refería y estaba lejos de mi experiencia.

-"Hai, me temo que sí. Algo atroz y desdeñable, espero que atrapen a los culpables rápido. Confío en nuestros anfitriones, pero a veces me gustaría ayudar en cosas así"

Me quedé mirando el suelo, con los hombros ligeramente caídos, suspiré.

Negé con la cabeza, suspiré de nuevo, alcé la vista y miré a Shun.

-"No, simplemente es el desconocimiento. No sé apenas del tema, y me temo que podría ser más un estorbo que una ayuda o ya alguien me habría comentado algo, ¿no creeís?"

Negé una vez más con la cabeza.

-"Sí, fue Matsu Saro-sama quien acudió, y me contó lo que allí se había hablado y decidido. Pero nada más, aunque entiendo que tales asuntos no se divulgen ni compartan más allá de cierto número de samurais"

Tenía de hecho mis propios problemas y metas dentro de la corte, pero echaba en falta algo, creía mis energías desperdiciadas, que podía aportar algo más.

Miré a Shun, asentí, sonreí y me puse en guardia para darle un suave golpecito con la palma de mi mano en el hombro. Le miré dicertida, sonriente.

-"Vamos Shun-san, teneis que practicar o acabareis en el suelo de nuevo y a menos que queraís tener una nueva perspectiva nos vendrá bien algo de ejercicio"

Era mi forma de aceptar su propuesta, mostrandole que podía dar mucho, estaba preparada, sólo que no me metía donde no me llamaban.

Ganbatte entonces dije recordando la frase de Yuki y Shakuma antes de ponerme manos a la obra.

Asentí, mi rostro contraido en determinación, concentración y una furia impregnada de alegría, entusiasmo. Observé a Shun, veríamos si había aprendido de mis humildes enseñanzas. Intentaría sorprenderle de nuevo, sabía que era más rápido que yo, tan solo era cuestión de esperar. Mi sonrisa, a pesar la situación, decía cuanto me hallaba en mi ambiente.