Imperio Esmeralda

Observe a Gocho y senti un dejo de orgullo que aquel evento hubiese sido realizado justamente en esta corte.

-Es cierto, es de elogiarse ese evento y a su organizadora. Estoy interesada en su ejecución y en conocer a los samurai que salgan vencedores en la misma. Espero mis deberes y estudios me permitan disfrutarlo plenamente.

Tome una actitud pensativa y ordene mis pensamientos con un dedo en el menton.


-Y como se encuentra su señora Seppun Gocho-sama? Espero que hasta el momento haya encontrado todo a su gusto.

Y venga, que ahi salia el tema, pues bien mejor que saliera ahora y no mas adelante, asi dejabamos atras mas rapido aquel punto.

-Lo hago y lamento que la honorable princesa se vea preocupada por esos problemas. Tenga por seguro que seran resuletos prontamente.

Espere unos segundos para dejar que el tema pasara.

-Pero me alegro que se encuentre agusto, nos encontramos lejos, como bien lo menciono antes, de la capital y el hecho que pueda ser feliz aqui nos hace feliz a nosotros

-Estoy seguro de que vuestro clan hace todo lo posible, y que desde luego se van a solucionar con rapidez - comentó el Seppun sin ningún tono ofensivo en la voz, sino uno más bien agradable - feliz... es una palabra interesante, Mae-san. ¿Puedo prescindir de vuestro apellido? Estar en los baños y empezar a conoceros... se me hace raro tratarnos con tanta formalidad. Como decía, Mae-san, las familias imperiales velamos por la salud del Imperio, y me gustaría saber qué sería necesario para vuestra propia felicidad.

Asenti restandole importancia a la confianza que tomaba aquel hombre y sobre todo en aquel lugar. Lo deje ser.

Su pregunta me desconcerto, era facil hablar de la felicidad de alguien que uno pensaba que era su derecho divino ser feliz, pero para alguien como nosotros la felicidad iba quedado relegada detras del honor, el deber, la responsabilidad.

-Vaya es una pregunta muy intima, pero antes de pensar en mi propia felicidad debo asegurarme que he cumplido con lo que se espera de mi Gocho-sama, si es que me permite llamarle asi. Pero la sed de conocimiento es lo que empuja mi vida, conocer aquellos secretos que nadie ha conocido en mi area es algo que trabajo para cumplir hoy y siempre.

Un ligero rubor se hizo presente en mi rostro pero preferi actuar como si no pasara nada.

Senti como mi cabello se deslizaba por mi rostro, algo que a veces sucedia pero la platica era interesante y no hice nada para evitarlo.

-Como aprendiz de Isawa Tsuke-dôno estoy segura que mis estudios y mi vida como Tensai de Fuego han sido bastante completos. Aun asi ansio conocer más, si es posible.

Me lleve el indice a los labios pensando en las palabras de Gocho.

-Tal vez viajar y conocer mejor la tierra, hasta el momento he estado centrada en mis estudios y en mejorar mi conocimiento, si he de aspirar a un día ser Maestra Elemental...

Calle como si hubiera proferido algun insulto.

-Si he de aumentar mis habilidades me gustaria conocer otros lugares y aprender de las personas que habitan ahi.

-Maestra Elemental - no pude evitar que una sonrisa apareciera en mis labios; tras tanto artificio cortesano me gustaba alguien que declarase lo que quería para su futuro - me gusta que vuestro camino sea tan claro. Difícil pero despejado. Es agradable, puesto que muchos que se creen sabios no saben lo que quieren y lo pretenden ante otros - retiré un poco la mirada de ella, para no parecer atrevido - hablaré con gente importante. Veréis... existe un cuerpo de shugenja, que se encarga de proteger al Emperador. La mayoría estudian en escuelas de vuestro clan. Quizás podría mover algunos hilos...

Mire interesada, su propuesta era algo muy poco común y cualquiera se sentiria honrado por proteger al Emperador, incluyendome.

-Seria un honor para cualquiera poder formar parte de aquellos que se esfuerzan por proteger al Emperador y es usted demaciado amable Gocho-sama, no se si usted deba molestarse a tal grado por mi.

Guarde silencio un momento, no queria que pensara que negaba su oferta, la verdad no sabia si lo estaba disimulando pero el prospecto de tal puesto me tenia emocionada y estaba segura que tener los ojos tan abiertos como dos platos era lo contrario que queria hacer. Las damas Escorpion la tenian facil detras de sus mascaras.

Tranquilo, no tiene nada de malo, no tiene ninguna mala intención