Imperio Esmeralda

Hacía falta mucha fuerza de voluntad para permanecer "aparentemente" parado cuando un compañero se enfrenta al mal frente a ti, pero aquello era parte del entrenamiento de un yojimbo: tu protegido es tu prioridad.

Aketsu apretó sus dientes y sujetó firmemente la katana en sus manos sosteniéndole delante suya. Nadie se acercaría a Jubei.

Jubei chasqueó la lengua . El conjuro no había sido todo lo poderoso que había deseado , por lo que el reanimado seguía suponiendo un grave peligro para Haohmaru . Decidió que tendría que tomar medidas más serias, a menos que no hubiese amenazas más cercanas aquello debería finiquitar el combate .

¡ Kamis de Tierras ! ¡ Escuchad mis plegarias ! ¡ Que vuestro poder caiga sobre mi enemigo , que de cada dos pasos que dé vosotros le quiteis uno !

El Daidôji golpeó salvajemente a Haohmaru, que a punto estuvo de sufrir una herida que habría derrumbado a cualquier otro... excepto a él. Tras llamar a los kami de la Tierra, el ser reanimado se comenzó a mover más lentamente, dando una inmejorable oportunidad al Cangrejo. Si su oponente estuviese vivo, ahora estaría muerto...

Aprovechando que aún tenía en su mano el pergamino del primer hechizo , Jubei pensó el invocar de nuevo el poder de los elementos y dañar así al zombi , pero después pensó que podía haber más seres corruptos en las cercanías esperando para atacar , por lo que era un riesgo quedarse sin nada capaz de dañarlos .

Vamos hacia el combate , Aketsu san . Las Fortunas ahora nos sonríen , pero puede ser algún tipo de trampa . No tiene sentido que dejaran solamente a un guardián si este sitio es importante para ellos , o puede que para nosotros .

El Shiba miró a Jubei y asintió enérgicamente; el Asako pudo ver cuánto sufría su eventual yojimbo por dejar a solas a Haohmaru frente a una criatura que podía haberlo matado en al menos un par de ocasiones. Sin embargo, la determinación de Aktesu seguía puesta en proteger bajo cualquier concepto a Jubei.

El maldito estaba resultando más complicado de lo esperado... pero dudaba que el reanimado pudiese aguantar mucho más el castigo al que lo estaba sometiendo, con lo que una vez más blandió el pesado tetsubo contra el cuerpo....


Hiruma Haohmaru

Los movimientos del reanimado, más lentos, no alcanzaron a Haohmaru, que respondió con un golpe de tal potencia que el no muerto cayó al suelo como un títere al que le hubieran cortado las cuerdas de un golpe seco. Muerto y bien muerto.

Jubei se acercó a la carrera . Ahora podrían aprovechar para hacer un segundo ataque , cuando la guardia se relajaba .

¿ Estáis bien, Haohmaru san ? ¿ Os han herido ?

¡Al Jigoku!

Haohmaru jadeó recuperando la posición tras el golpe que terminó echando por tierra al pobre Daidoji. Sus compañeros de expedición iban hacia él, movimiento que el Hiruma detuvo con un gesto imperioso para llevar los dedos a los ojos y señalar su alrededor.-Tienen que haber más, vigilad mientras yo examino...

Y sin perder un momento, el bushi se separó del cuerpo para examinar el terreno que no había sido perturbado aún por sus huellas. Poco tardó en encontrar el rastro que sabía tenía que estar ahí... un rastro que llevo al trío a la falda de la colina, en una zona de vegetación escasa y que presentaba todos los restos del ya famoso ritual. El mon de la Grulla sangraba, los cuatro anteriores aparecían gastados, desleídos...

Con un gruñido, Haohmaru examinó las huellas de la zona una vez más.-Pisadas con y sin sandalias, marcas de garras... quizás un oni pequeño. Hummm...-Pasó los dedos por las huellas, comprobando su profundidad y su antigüedad.-Yo diría que son de hace unos cinco días... ¡Zakennayo!¡Vamos con demasiado retraso!-Un frustrado Hiruma retomó el rastro, caminando cada vez más deprisa hasta que llegaron no lejos de allí a una cueva. En cuanto los samurais pusieron los pies en su interior sintieron una extraña sensación...
-Creo que hemos encontrado el portal, Asako Jubei-sama.


Hiruma Haohmaru

Cinco días . Espero que aún no hayan cumplido con el de esta semana , o veo a los Escorpión revolucionados . Esto va a traer serios quebraderos de cabeza , pero que muy serios .

Tras ver los restos del ritual , Haohmaru llevó a los Fénix junto a una cueva . Jubei notó una sensación extraña proveniente de ella .