Imperio Esmeralda

Los tres se miraron, antes de seguir.

-Uh... nuncanunca beber cosa de los humanos distinta del sake.

Hatsuharu bebió, esperando un nuevo susurro de Gudidurora.

-Ehm... Gudirurora dice que no ha visto nunca un gamusino. Y yo, la verdad es que tampoco. Se encogió de hombros ante la penetrante mirada de la muchacha y bebió. -Por cierto, Tigre, me preguntaba si habías llegado a estas tierras junto a algún samurai. Nunca había visto a uno de los tuyos tan al norte. Sugirió en tono despreocupado, esperando que los vapores del sake y el tono distendido le aflojaran la lengua.

Tigre pegó un buen trago, apurando la taza de sake. Parecía que tampoco había visto uno de aquellos elusivos gamusinos en cuestión.

-Ser asíasí. Yo venirvenir a estas tierrastierras con un samurai. Élél estar invitado a eso que llamarllamar Corte de Invierno. Yo amigoamigo suyo.

-Ah, eso está bien. El tener nakama. Un compañero de armas, ya sabes. La mía es Gudirurora. Aunque no sabe luchar me ha salvado la vida en más de una ocasión. Comentó, jovial. -¿Y sabes cómo lo ha hecho? De la forma más sensata. Cogiendo mi mano cuando la rabia me embarga y deseo destruír a mi enemigo sin usar el cerebro. Sí, ésa es mi chica. Ella controla mi ira. Sonrió. ¿Y tu compañero, le conozco? ¿Cuál es su nombre? Preguntó rellenando la escudilla del nezumi, en esta ocasión sin juego alguno.

-Tal vez tú conocerconocer. ¿Quién del clanclan Escorpión tú conocer? - preguntó el nezumi a su vez.

¿Del Escorpión? Eso sí era una novedad.

-Déjame pensar... Hatsu miró a Gudi, buscando la inspiración en su rostro inexpresivo -Sí, del Escorpión conocí a Bayushi Kahei. Él te seguía, ¿recuerdas? Sonrió. -También a Bayushi Kida. Dijo con cierto desagrado. -Y, creo que a nadie más. Si bien me han hablado sobre algunas de sus más bellas samurai-ko. Apuntó mientras apartaba un molesto mechón de su agraciado rostro. A Hatsuharu le costaba mucho imaginar a Tigre acompañando a alguna de las refinadas damas Escorpión. -Entonces, me temo que no le conozco. No obstante, puedes decirme su nombre, así si tengo el honor de hallarlo lo haré con buen pie si le hablo de nuestra nueva amistad. Dijo levantando su escudilla a modo de brindis.

-Shakuma, eh. No, definitivamente no me suena ese nombre. ¿Deseas que le mande algún mensaje de tu parte? Le propuso el Halcón. Era lo menos que podía hacer, además, pese a ser Escorpión, si el rátido confiaba en el tal Shakuma, quizá fuera alguien mínimamente confiable.